domingo, 20 de mayo de 2012

Nos vino a visitar la cruda realidad, entró sin llamar.

Me he dado cuenta, me ha costado, pero lo he entendido, tú y yo somos como dos gotas de agua. Y ellos no son capaces de entenderlo, pero yo cierro los ojos y te imagino tumbado en tu cama. Miento, te recuerdo tumbado en tu cama y un escalofrío me recorre la espalda. Pero, como ya dice la canción, la realidad siempre aparece sin llamar, te golpea en la frente de repente y no te da opción a reaccionar. Y, ahora que vamos a caer al mar, ahora que el impacto contra el agua es inminente, me da miedo soltarte la mano, porque ¿y si uno flota y el otro se ahoga? ¿Qué pasa si nada vuelve a ser igual? ¿Qué pasa si nos perdemos entre tanto agua, agua y más agua?

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